Posted on 14 diciembre 2020
Las principales causas de la desaparición de especies de animales y plantas están muy relacionadas con el estilo de vida y la forma en la que nos alimentamos en las ciudades. Pero podemos empezar a actuar. Aquí te contamos cómo:
1. Elije una dieta variada y balanceada.
De acuerdo con nuestro Informe Planeta Vivo 2020, la producción de alimentos es responsable del 70 % de la pérdida de biodiversidad en tierra firme y el 50 % en agua dulce.
Latinoamérica es la región con la mayor disminución de especies (94 %) debido principalmente a la transformación de pastizales, sabanas, bosques y humedales, para actividades como la agricultura, la ganadería extensiva, entre otras.
“Podemos evitar la transformación de los ecosistemas si producimos nuestros alimentos de manera más sostenible y desperdiciamos menos. Con una dieta basada en el Planeta, por ejemplo, tendremos menor impacto en la naturaleza y al mismo tiempo, estaremos más saludables”, explica Camila Cammaert, Coordinadora de Sistemas Alimentarios Sostenibles en WWF Colombia.
Esta dieta consiste en comer más frutas y verduras que productos de origen animal; minimizar el consumo de alimentos procesados; ampliar la variedad de alimentos en nuestra dieta; y evitar al máximo tirar comida a la basura
¡Comprar lo que vamos a cocinar; cocinar lo que vamos a servir; y servir solo lo que vamos a comer!
2. No compres lo que de verdad no necesitas.
El consumo masivo en el que se basa nuestro estilo de vida moderno tiene un alto impacto ambiental con graves consecuencias para la biodiversidad, los ecosistemas, y el cambio climático.
Tener un estilo de vida más sostenible también significa “consumir conscientemente, es decir, comprar menos y pensar en que cada cosa, por pequeña que sea, demanda energía, agua, entre otros recursos. La naturaleza no está preparada para asumir los costos de lo que significa el consumo excesivo”, explica Ferney Díaz, Coordinador de Comunicaciones Estratégicas de WWF Colombia. Expertos en consumo sugieren que esperar entre 24 y 48 horas desde que tienes el impulso de comprar, pues ayuda a disminuir la cantidad de compras.
3. Si consumes pescado, procura que sea una especie nativa.
De esta manera, evitas la propagación de especies exóticas o invasoras, que son introducidas de forma artificial en un ecosistema y que compiten con las nativas por espacio, alimentos y otros recursos. Pueden ser un depredador de las nativas, o propagar enfermedades que no estaban presentes en el medio ambiente.
De hecho, el Informe Planeta Vivo 2020 advierte que las especies invasoras son responsables del 12 % de la pérdida de biodiversidad en Latinoamérica.
Para evitar su propagación, Saulo Usma, Coordinador de Agua Dulce en WWF Colombia, recomienda que “al momento de consumir pescado, se prefiera local. Incluso los peces para los acuarios. Además, al consumir pescado en el tamaño recomendado, nos aseguramos de que ese individuo se reprodujo al menos una vez en su vida. Lo mismo pasa cuando respetamos los períodos de veda: evitamos capturarlos cuando se están reproduciendo”.
4. Camina y usa la bicicleta.
El uso del carro particular es un serio (muy serio) problema para la salud del Planeta y la nuestra. Por eso insistimos en que prefieras la bicicleta o caminar, cuando esto sea posible, e invertir en vehículos eléctricos.
Al usar el carro, quemamos combustibles fósiles que emiten gases que calientan el planeta y generan una variación anormal del clima, además de que liberan contaminantes extremadamente tóxicos que luego respiramos.
“El uso del carro tradicional acelera el cambio climático y tiene un efecto perjudicial en nuestra salud porque daña la calidad del aire”, advierte Paula Rodríguez, coordinadora de ciudades sostenibles de WWF Colombia.
En Latinoamérica, el cambio climático es responsable del 12.5 % en la pérdida de biodiversidad. Los cambios en la temperatura afectan hábitat de especies determinadas, los periodos de migración y reproducción de las especies, lo que amenaza su supervivencia.
Sin contar que, al aumentar la temperatura media del planeta, fenómenos naturales como los huracanes y los sunamis ocurren con más frecuencia y mayor intensidad, lo que pone en riesgo no solo la vida de las personas sino la de la vida silvestre que viva en los ecosistemas donde estos desastres se den.