Kunming-Montreal: la nueva hoja de ruta global para proteger la biodiversidad
Posted on diciembre, 21 2022
Con la meta de proteger el 30 % de la naturaleza para 2030 y otros 22 objetivos para reducir y revertir su pérdida, entre los que se incluyen aspectos de financiamiento, producción y consumo, especies, ecosistemas de agua dulce y marinos, y los derechos de todos los pueblos, 196 países firmaron el acuerdo de Kunming-Montreal. Ahora, la atención estará puesta en su efectiva implementación.
En medio de un ambiente de optimismo, y después de una serie de intensas negociaciones que tardaron alrededor de 4 años, fue firmado, en Montreal (Canadá), un nuevo instrumento global para la naturaleza y las personas, centrado en frenar y revertir la pérdida de biodiversidad. El documento es el resultado de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica (COP15 del CDB) y se conoce como ‘Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal’. En su texto, el Marco establece un plan ambicioso para implementar acciones para lograr una transformación en la relación de nuestras sociedades con la biodiversidad para 2030 y, de esta manera, asegurar que, para 2050, se cumpla la visión compartida de vivir en armonía con la naturaleza.
Este instrumento busca actualizar el anterior plan estratégico decenal que aterriza los tres objetivos del CDB en acciones concretas, a través de una planificación enfocada en el logro de metas que buscan unos objetivos mayores, dentro de un tiempo definido y que se basa en recomendaciones dadas por la ciencia.
Es clave la participación activa y el reconocimiento de los aportes desde las comunidades en el territorio, quienes al final, en conjunto con las entidades estatales, realizarán los esfuerzos de conservación y uso sostenible que debemos medir.
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Marco Lambertini, director general de WWF Internacional, aseguró que este nuevo acuerdo es equivalente a la meta climática de no aumentar en 1,5 grados la temperatura del planeta, establecida en París durante la COP21.
Con el nuevo marco se fijan metas claras para frenar y revertir la pérdida de biodiversidad de cara a 2030, a partir de objetivos cuantificables como lograr la protección del 30% de áreas terrestres, aguas continentales y océanos, duplicando la protección actual de la naturaleza en los continentes y triplicándola en los mares.
Además, se establecen metas que están relacionadas con el ordenamiento territorial, la restauración, la recuperación y el manejo de especies, los enfoques para la gestión de los impactos del cambio climático sobre la biodiversidad y la reducción de la contaminación.
También se insta al manejo sostenible de actividades productivas como la agricultura y las pesquerías, se establece la importancia de espacios urbanos verdes y azules, la capacidad en materia de beneficios del uso de los recursos genéticos, las condiciones para el involucramiento e inversiones responsables de los sectores productivos y financiero, y la reducción de la huella de producción y consumo.
De igual modo, los gobiernos se comprometieron con eliminar los subsidios perjudiciales para la naturaleza y a aumentar, sustancial y progresivamente, el nivel de los recursos financieros de todas las fuentes para 2030, movilizando al menos 500 mil millones de dólares por año. Lo anterior significaría duplicar la cantidad propuesta en 2020.
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Otro punto destacado del Marco tiene que ver con el respeto de los derechos de los pueblos indígenas y comunidades locales, así como el reconocimiento de las contribuciones de los territorios indígenas y tradicionales en el objetivo de las metas.
En términos financieros, se buscará aumentar el total de recursos internacionales relacionados con la diversidad biológica a por lo menos 20 mil millones de dólares por año para 2025, y por lo menos 30 mil millones de dólares por año para 2030.
Finalmente, la COP15 tomó decisiones respecto a otros aspectos clave para dotar de herramientas al Convenio en relación a las secuencias digitales genéticas, la biodiversidad marino costera, la salud y relación con otros tratados internacionales.
El reto de la implementación
El optimismo generado por el acuerdo Kunming-Montreal debe verse reflejado en su implementación y el nivel de compromiso que, en la práctica, asumirá cada uno de los Estados firmantes del CDB. Ese es uno de los retos mayores para lo que resta de la década, considerada como un momento determinante para el futuro de la humanidad.
WWF ha alertado de que el objetivo acordado de revertir la pérdida de la biodiversidad en 2030 podría verse minado si no se tratan adecuadamente a nivel nacional cuestiones tan importantes como la protección de ecosistemas intactos y la lucha contra la producción y consumo insostenibles.
“El acuerdo representa un hito importante para la conservación de nuestro mundo natural, y la biodiversidad nunca ha estado en un lugar tan alto en la agenda política y empresarial, pero puede verse socavado por una implementación lenta y por la falta de movilización de los recursos prometidos. También carece de un mecanismo obligatorio para que los gobiernos adopten medidas más ambiciosas si no se logran los objetivos”, reconoció Lambertini desde Montreal.
Organizaciones de la sociedad civil, las comunidades tradicionales y ciudadanos de todo el mundo tienen una oportunidad inmensa para trabajar de la mano de los Estados en la efectiva implementación del Marco, a través de estrategias para contener la pérdida de la naturaleza en los territorios que habitan y a partir de la unión de los diversos sistemas de conocimiento que coexisten, incluyendo el importante involucramiento del sector privado en el logro de una visión integral que garantice el equilibrio entre la conservación y el uso de los recursos naturales planetarios.