Posted on octubre, 16 2020

Actualmente, la producción y el consumo mundial de alimentos ejercen la mayor presión humana sobre la naturaleza. La agricultura y ganadería ocupa alrededor del 50% de la superficie habitable de la Tierra , y es el principal factor de la pérdida de biodiversidad.

Además de esta pérdida de biodiversidad y de la destrucción de hábitats,las especies silvestres (incluidos los peces) son consumidas por más de la mitad de la población mundial, y de las muchas amenazas que representa para la biodiversidad, la sobreexplotación de la vida silvestre es una de las más dañinas 15 .

La producción de alimentos también contribuye a aproximadamente el 25% del total de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y se espera que estaproporción se duplique en los próximos años.

El sistema alimentario es también el mayor consumidor y contaminante de los recursos hídricos del mundo, dañando lagos, ríos y océanos. Además, solo el 66% de las poblaciones de peces estaban dentro de los niveles sostenibles biológicamente en 2017 (lo que supone un descenso del 90% desde 1990 ) mientras las pesquerías de agua dulce, que proporcionan proteínas vitales para cientos de millones de personas vulnerables, están amenazadas por la sobrepesca, la contaminación yel desarrollo insostenible. El sector de la acuicultura en expansión está asociado con impactos negativos en los hábitats costeros y continentales, incluyendo la conversión de manglares, la propagación de parásitos y enfermedades, la introducción de especies invasoras, el mal uso de productos químicos y la liberación de desechos.

Con un crecimiento de la población que se estima aumentaráen más de dos mil millones para 2050, un incrementode los ingresos y la urbanización impulsando una transición global hacia una alimentación que incorpore una mayor proporción de proteína animal, los sistemas y procesos ecológicosserán llevados más allá de los límites planetarios.

Si el sistema alimentario sigue funcionando como hasta ahora,se podríangenerar potencialmente impactos irreversibles sobre el planeta, convirtiéndolo en un lugar cada vez más inhóspito para la humanidad y la vida silvestre 19 . Además de contribuir de manera significativa al calentamiento global, el sistema alimentario se enfrentará a un mundo cada vez más cálido y seco, que amenazará el suministro alimentario y la calidad nutricional de los alimentos.