“He podido recorrer Colombia, sentir el olor de sus selvas, bañarme en sus ríos y deslumbrarme con su belleza”
Posted on junio, 01 2021
David Fajardo es el Oficial de Gobernanza del Piedemonte Amazónico de WWF Colombia. Aquí nos cuenta cuál es el origen de su conexión con la naturaleza y qué lo inspira a trabajar por la conservación de la biodiversidad del país.
Esta es la historia de cómo un niño de nueve años, que junto a su madre fantaseaba con conocer los maravillosos paisajes que veían en revistas de naturaleza, hoy dedica sus días a la conservación de los recursos naturales de nuestro país. La vida de nuestro Oficial de Gobernanza del Piedemonte Amazónico, David Fajardo, quien además es donante de la organización, demuestra que sí es posible trabajar en lo que quisimos ser de niños️.En 1998, cuando David terminó su carrera de biología en la Universidad del Valle, en Cali, se dedicó a la observación de aves. Cuenta que una de las razones por las que ama estos animales es porque fueron su puerta de entrada a la conservación. “En mis primeros proyectos debía explicarle a las comunidades locales cuál es el rol de las aves en los ecosistemas y por qué es tan importante tener árboles en los potreros. Sentir esa interacción y generar empatía hacia sus realidades me permitió entender que lo que realmente quería hacer era trabajar junto ellas en la protección de sus territorios y nuestros recursos naturales”.
Su trabajo permite que las personas, a través de un espacio de socialización y capacitación, puedan tener la información suficiente para tomar decisiones informadas en su territorio. “Nuestro objetivo es conseguir beneficios para la comunidad, para el área protegida, los ecosistemas y las especies que allí habitan”.
Además del contacto con las poblaciones locales, nuestro Oficial de Gobernanza del Piedemonte Amazónico, ha tenido el privilegio de ver y sentir a especies asombrosas que habitan el país. Por ejemplo, ha nadado con ballenas, avistado osos de anteojos, delfines de río y rastreado huellas de jaguar. ¿Quién no ha soñado con ver a estos animales? Lo sabemos, ¡es un afortunado!
“Gracias a mi profesión he podido recorrer Colombia, sentir el olor de sus selvas, bañarme en sus ríos y deslumbrarme con su belleza. Pero ese privilegio trae consigo una gran responsabilidad: el deber de trabajar para que cada vez seamos más los que cuidamos la naturaleza”.
David sabe que hay muchas personas interesadas en cambiar sus hábitos de consumo, pero ese es solo el primer paso. "Debemos proteger lo natural y eso implica, también, que nos comprometamos a convencer a otros de generar una conciencia ambiental porque muchos han olvidado el bienestar colectivo. Necesitamos pensar qué va a pasar en 50 años, qué le va a quedar a las generaciones futuras”.
Hoy, 23 años después de iniciar su camino en la conservación, le agradece a la persona que le dio la vida por haberle enseñado el valor de la naturaleza. “Esta foto de mi madre abrazando un árbol refleja la inmensa gratitud que tengo hacia ella por haberme mostrado lo natural, lo salvaje... mi vida. Estoy seguro que esto era lo que me imaginaba de niño cuando pensaba en qué quería ser de grande. Gracias mamá”.