Despertar colectivo, cambio y conexión

Posted on septiembre, 11 2020

Sara Constantino es una joven activista ambiental e influenciadora colombiana que aboga por un presente sostenible y un futuro en el que se regenere la biodiversidad. Además de trabajar para empoderar a comunidades indígenas, utiliza su creciente comunidad digital para promover acciones conscientes en torno a la alimentación, el consumo y el desperdicio.
Sara Constantino es una joven activista ambiental e influenciadora colombiana que aboga por un presente sostenible y un futuro en el que se regenere la biodiversidad. Además de trabajar para empoderar a comunidades indígenas, utiliza su creciente comunidad digital para promover acciones conscientes en torno a la alimentación, el consumo y el desperdicio.

Por: Sara Constantino/ @laeconstantino

Haber nacido y crecido en Colombia, uno de los países más biodiversos del mundo, es un privilegio. Pertenecer a este lugar del mundo me ha permitido estar siempre rodeada de increíbles paisajes y ecosistemas que, en su abundancia, contrastan con una generalizada falta de posesiones materiales.

Cuando era niña no entendía la riqueza de mi país. Veía películas que me hacían soñar con tener el mejor par de tenis, caminar por grandes pasillos de supermercados con infinitas opciones de dulces y cereales azucarados, y viajar para conocer a Mickey Mouse o a una princesa de Disney. En ese momento me distraían y entretenían todas esas cosas que el dinero puede comprar. Pero más tarde, mediante el poder de la información, pude darme cuenta de lo afortunada que era.

Crecí comiendo la fruta fresca que se cosechaba en todas sus formas, colores y sabores en mi patio trasero —guayaba, pitaya, piña, maracuyá y muchas otras que aún sigo descubriendo—; y los fines de semana, junto a mi familia, íbamos a bañarnos en los ríos cristalinos que fluían cerca a las ciudades.

También, nuestros hogares se proveían del agua del páramo más cercano y, con tranquilidad, veíamos cómo los niños jugaban con flores, rocas y hojas mientras los pájaros, insectos y ardillas se alimentaban de flores y frutas. Todo lo que necesitábamos, y más, estaba allí, proporcionado por la naturaleza.

Hace algunas décadas, las comunidades que vivían en armonía con la naturaleza eran vistas como subdesarrolladas, y defender la biodiversidad de la Tierra era algo que solo hacían unos pocos visionarios. Pero los tiempos han cambiado. Ahora estamos viviendo el futuro distópico que una vez imaginamos: los impactos ambientales que se predijeron ahora son reales.

Al mismo tiempo, vivimos en una era de despertar colectivo, cambio y conexión. La ciencia nunca ha sido más clara frente a la necesidad de transformar nuestros hábitos de consumo y, al mismo tiempo, tenemos acceso, como nunca antes, a información de calidad que está a un clic de distancia. También a un clic de distancia está la posibilidad de conectarnos y movilizarnos junto a millones de personas de todo el mundo por causas que son más grandes que nosotros (como el cambio climático).

Ahora comprendemos nuestra verdadera riqueza: habitar el único planeta vivo que hasta ahora conocemos. Pero mantenernos en él depende de lo que hagamos para garantizar su balance: cuidar y conservar la naturaleza y su extensa red de vida es asegurar nuestra propia existencia.

Ya conocemos las soluciones necesarias y de las que podemos ser parte para restaurar la naturaleza y vivir en un planeta próspero. Tenemos cientos de razones para comprometernos con metas ambiciosas y sin precedentes.

La tecnología y el acceso a la información son fundamentales para que más niños, jóvenes y adultos se conecten y actúen juntos para proteger la naturaleza, pero al mismo tiempo, no debemos olvidar que tenemos mucho que aprender de las comunidades que viven en un perfecto equilibrio con ella.

Estas nos pueden enseñar cómo tener una relación recíproca con la biodiversidad que sustenta nuestras vidas. Para habitar un planeta sano y equilibrado, todo lo que falta es nuestra determinación por mejorar y prosperar junto a todas las demás expresiones de la vida en la Tierra. Un futuro de armonía entre la naturaleza y los humanos es el único futuro posible.  

“Tenemos acceso a información de calidad con solo un clic de distancia. También a solo un clic de distancia está la posibilidad de conectarnos y movilizarnos junto a millones de personas de todo el mundo por causas que son más grandes que nosotros ".
 

Joven activista ambiental e influenciadora colombiana que aboga por un presente sostenible y un futuro en el que se regenere la biodiversidad
© © Carmen Ana Dereix
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