'Orinoquia inmensa': cuatro historias que te enamorarán de esta región
Posted on febrero, 28 2024
“Agua”, “Tierra”, “Cultura” y “Sabana” en la Orinoquia. Explora una serie de cuatro historias junto a los protagonistas que velan por la conservación y uso sostenible de la región.
El Orinoco es el tercer río más caudaloso del planeta y su cuenca tiene una extensión de 981.446 kilómetros cuadrados. Todo este territorio se conoce como la Orinoquia, una región compartida entre Colombia (35%) y Venezuela (65%). Con 35 millones de hectáreas, la Orinoquia colombiana corresponde al 22% del total del país y tiene el 48% de sus humedales continentales. Además, la Orinoquia colombiana es el hogar de, al menos, 3.920 especies (entre plantas, mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces), una explosión de vida a la que se suman 17 pueblos indígenas, comunidades campesinas y llaneras mestizas y afrodescendientes que enriquecen su diversidad cultural.
La Orinoquia también es fundamental para Colombia porque provee beneficios como agua, alimentos y almacenamiento de carbono, lo que la hace especialmente importante en la lucha contra el cambio climático. Por todas estas –y muchas más– razones, la Orinoquia es una región inmensa que queremos que sientas cada vez más cercana.
WWF y los demás socios del proyecto GEF “Paisajes Integrados Sostenibles de la Orinoquia” (GEF Orinoquia) compartimos con los colombianos esta serie de cuatro historias en video que nos muestran lo maravillosa que es esta región, así como los retos y amenazas que enfrentan su riqueza natural y cultural.
Agua | La pesca es fundamental para Puerto Carreño
Marcos Malpica ha sido pescador por más de 50 años. En el pasado, fue testigo de cómo los peces iban siendo cada vez menos en las faenas de pesca. Por eso, entre él y varios de sus compañeros vieron que era necesaria una veda, para dejar que el recurso se recuperara. En el departamento del Vichada, la pesca es clave para su economía y Puerto Carreño, su capital, es protagonista en la exportación de peces ornamentales en Colombia.Hoy, las resoluciones expedidas por la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (AUNAP) en 2022 incluyen medidas como la veda, entre otras que favorecen la conservación y uso sostenible del recurso pesquero en la Orinoquia, con la efectiva participación de las comunidades locales para incrementar su bienestar económico y social. A través del Acuerdo para la Conservación de Bosques Tropicales en Colombia (TFCA), WWF ha apoyado estos procesos y continúa haciéndolo con el proyecto GEF Orinoquia, para la socialización e implementación de estas medidas en el territorio.
Tierra | ‘El Paraíso’ está en la cuenca media del río Bita
Edilberto Hernández y Amanda Barreto son una pareja que le apostó a la producción de marañón orgánico en la cuenca media del río Bita, en el departamento del Vichada (Orinoquia colombiana). Su proyecto de vida está lleno de amor y compromiso por la conservación y la sostenibilidad, tanto así que decidieron bautizar su predio como ‘El Paraíso’ y pronto tendrán su primera cosecha.Este es uno de los predios que se sumó a los acuerdos de conservación firmados en la cuenca del río Bita con Fundación Omacha y otras organizaciones, con el apoyo del TFCA, del cual WWF es parte. Asimismo, a través del proyecto GEF Orinoquia, WWF continuará acompañando procesos de conservación-producción en esta región.
Cultura | Sin llaneros ni llaneras, la sabana se transformaría en su totalidad
Francisco ‘Pacho’ Sandoval es un ganadero y médico veterinario de Casanare (Colombia) que le apostó a la conservación desde su predio en el municipio de Hato Corozal. Hoy, su querido ‘Raudal de Flor Amarillo’ es un área de importancia para la conservación de las aves (AICA) y una reserva natural de la sociedad civil (RNSC).Con una emoción y capacidad únicas, Francisco explica muy bien la relación entre las sabanas inundables, la ganadería tradicional y la cultura llanera como ejes clave para la conservación de estos ecosistemas. Aquí la cultura se explica más allá de las expresiones artísticas propias y se remonta a las prácticas y a la vida misma de llaneros y llaneras. Se resaltan las amenazas que enfrentan las sabanas, pues están siendo transformados a un ritmo alarmante en el país.
En la Orinoquia, WWF ha acompañado procesos de registro de RNSC, la formulación de sus planes de manejo y sus análisis de efectividad. Desde el proyecto GEF Orinoquia, WWF trabaja de la mano con propietarios en acuerdos de conservación-producción que aporten a la salud del paisaje llanero.
Sabana | 'Nosotras no nacimos en un pueblo, nosotras nacimos en la sabana'
Libia y Yanire Arismendy son dos hermanas ganaderas y propietarias de reservas naturales de la sociedad civil (RNSC), en Casanare, y, además, lideresas de la conservación en su departamento. Convertir en reserva natural sus predios fue una manera de proteger las sabanas. A través de sus relatos, Libia y Yanire establecen una relación entre la cultura llanera y la conservación de las sabanas desde los diversos roles que desempeñan las mujeres no solo en la cotidianidad, sino también para enfrentar las amenazas de transformación y conversión desordenada del territorio.Además de apoyar el fortalecimiento de las RNSC en la Orinoquia, mediante el proyecto GEF Orinoquia, WWF reconoce y trabaja de la mano con las mujeres llaneras que desempeñan roles de cuidado, agricultura, ganadería y liderazgo, los cuales enriquecen los saberes y prácticas para la conservación de la biodiversidad y el uso sostenible de las sabanas inundables de la región.
El proyecto GEF Orinoquia es liderado por el Gobierno de Colombia, se financia con recursos del GEF (Fondo para el Medio Ambiente Mundial) y es implementado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Parques Nacionales Naturales y Corporinoquia, con el apoyo del Banco Mundial, como agencia implementadora, y de WWF, como agencia ejecutora.