Estamos ante la oportunidad más clara de prohibir el fracking e impulsar la transición energética

Posted on agosto, 10 2022

Este martes se radicó en el Congreso un nuevo proyecto de ley para prohibir el fracking en Colombia e impulsar la transición energética. Desde WWF hacemos un llamado al legislativo para dar prioridad a su trámite y aprobación.
Bogotá, 10 de agosto de 2022. Tras dos días de la transición de gobierno en Colombia, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, con el apoyo de más de 70 congresistas, colectivos sociales y organizaciones civiles, radicó hoy un nuevo proyecto de ley para prohibir el fracking en Colombia. Desde WWF celebramos la celeridad de su trámite y hacemos un llamado para que el Congreso le dé prioridad a su debate y votación.

Se trata del cuarto proyecto sobre el tema que llega al legislativo, en esta ocasión con el propósito directo de prohibir el uso de la técnica de Fracturamiento Hidráulico Multietapa (más conocida como Fracking) para la explotación de hidrocarburos, además de prohibir la exploración y explotación de yacimientos no convencionales. El articulado contempla, además, que tras su expedición no se podrían suscribir, adicionar u otorgar nuevos contratos, concesiones, licencias o permisos ambientales que incurran en estas prácticas.

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El gobierno también debería, en el plazo máximo de un año, “establecer las condiciones en las que se concluirán los contratos suscritos y las licencias o planes de manejo ambiental otorgados previamente a la expedición de la ley”. Esto implicaría la suspensión y cancelación de los pilotos de fracking activos, como el que se adelanta en Puerto Wilches, Santander.

La radicación en el Congreso estuvo acompañada de un mensaje de apoyo por parte de la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, quien llamó al legislativo a empezar su debate de manera pronta.    
 

Impactos del fracking


El fracking representa graves riesgos de salud pública, sociales y ambientales para el país. Por un lado, pone en riesgo las fuentes de suministro de agua en las zonas de explotación, pues la práctica requiere miles de litros cúbicos de este recurso, muchos más de los que se utilizan en la extracción convencional.
Además, cualquier filtración o mal manejo de los fluidos utilizados y generados durante la práctica tiene el potencial de contaminar acuíferos subterráneos y superficiales que abastecen de agua potable a comunidades y ecosistemas.

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Por otro lado, el país no cuenta con un marco legislativo sobre pasivos ambientales que prevenga y gestione los daños producidos por el fracking en los territorios. A ello se suma que seguir permitiendo e impulsando los combustibles fósiles como motor de la economía colombiana obstaculiza el desarrollo de otras alternativas de sistemas energéticos. Apostarle al fracking va en contravía a la dirección que el país se ha fijado para reducir en 51% las emisiones de gases de efecto invernadero que tiene proyectado generar para 2030, así como ser carbono neutro en el 2050. 

Al respecto, el proyecto de ley compromete al Gobierno Nacional a reformular de manera participativa “la Política Pública de Transición Energética Justa, que incluya un plan de diversificación energética y promoción de Fuentes No Convencionales de Energía Renovable que logren de manera gradual y progresiva la sustitución de la explotación de combustibles fósiles”.  

Mauricio Cabrera, asesor en Relaciones de Gobierno y Relaciones Internacionales de WWF Colombia, afirma que “El Proyecto de Ley de prohibición de Fracking representa la posibilidad de evitar posibles daños a la salud y al ambiente que han sido señalados desde tiempo atrás y avanzar hacia una modificación al modelo de desarrollo altamente dependiente de combustibles fósiles. Además, reformular la política de transición permite focalizar de mejor forma tasas, impuestos, desmonte de beneficios a algunos sectores y establecimiento de financiamiento apropiado para otros, con el fin de materializar esta necesaria transición”.

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Por todo lo anterior, desde WWF hacemos un llamado para que el país prohíba el fracking como medida de precaución ante los graves riesgos ambientales, sociales y de salud pública que representa. Además, insistimos en la necesidad de concentrar los esfuerzos y la capacidad institucional hacia la diversificación de la economía y la matriz energética. La prohibición del fracking sería un mensaje contundente y necesario sobre el compromiso del país con un futuro más verde, justo y resiliente.
 

El fracking en datos

  • El fracking (fracturamiento hidráulico) es una técnica de extracción de hidrocarburos que consiste en la inyección a presión de grandes volúmenes de una mezcla de agua, arena y químicos con el fin de fracturar rocas que tienen atrapado en su interior gas y petróleo.
  • El fracking usa enormes cantidades de agua: en un pozo se pueden consumir entre 9.000 y 29.000 m3 de agua o más, es decir, entre 2,4 y 7,7 piscinas olímpicas.
  • Se calcula que entre un 15% y 80% de la mezcla inyectada retorna a la superficie, es decir, en el mejor de los casos, un 20% permanece en el subsuelo.
  • De igual manera, los fluidos que retornan a la superficie pueden ser un riesgo para las aguas superficiales, los suelos y las personas, si no son manejados adecuadamente. De este flujo de retorno, el 90% no puede reutilizarse, primero se debe tratar para reducir las concentraciones de los compuestos peligrosos y luego disponerse de manera cuidadosa.
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