Así apoyaron algunas comunidades de Guaviare la emergencia por los incendios

Posted on 05 marzo 2022

Desde finales de 2020, varias organizaciones comunitarias se han capacitado en prevención de incendios forestales. Con estos aprendizajes, pudieron contribuir en la emergencia que vivió su departamento, ubicado en la Amazonia, en las últimas semanas.

 © Asociación Sachacalamar

Durante los últimos dos meses, la Amazonia colombiana vivió una de sus épocas más preocupantes por la amenaza de incendios forestales. Según el Reporte de Monitoreo de Puntos de Calor del La Comisión Nacional Técnica Asesora para Incendios Forestales1, enero fue el mes con más focos activos en la región durante los últimos 10 años, con más de 40.800 puntos de calor detectados. Asimismo, durante la primera semana de febrero, el Monitoreo de puntos de calor en Colombia, del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), reportó más de 11.900 puntos de calor activos en la Amazonia, que afectaron a los departamentos más amenazados por la pérdida de bosque en el país, entre estos, el departamento de Guaviare, donde los más de 3.500 focos activos alertaron a las autoridades.

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A comienzos de febrero, la Alcaldía del municipio de Calamar, en Guaviare, declaró alerta roja por los incendios que afectaron más de 15.000 hectáreas en todo el departamento, 2.300 de estas, en la zona de amortiguación del Parque Nacional Natural (PNN) Serranía de Chiribiquete. El mayor temor, como explicó el Cuerpo de Bomberos en declaraciones públicas, era que el fuego siguiera extendiéndose, tanto en el área protegida, como en la zona urbana, donde al menos cinco viviendas fueron declaradas en pérdida total por los incendios.

En ese contexto, la Alcaldía se comunicó con un grupo de varias organizaciones comunitarias del departamento –como Sachacalamar, Coagroitilla, Ascatrui y Asoproagro- que desde 2020 se capacitan en temas de prevención de incendios con el apoyo de WWF Colombia y Suiza y del gobierno de este mismo país, para proteger sus territorios. ¿Cómo vivieron y apoyaron la emergencia?

Edwin Rodríguez Torres, miembro de la organización Sachacalamar y uno de los líderes comunitarios que hace parte de esta iniciativa contó su experiencia: “Cuando empezaron los incendios nos llamaron para apoyar la emergencia como primeros respondientes. La Alcaldía nos conocía por otros procesos que habíamos tenido con ellos como organización, así que ya conocían parte de nuestro trabajo. Aplicamos todo lo que aprendimos con las capacitaciones: primero, ayudar a las autoridades a desarrollar el proceso de logística para saber en qué predios estaban los focos más importantes, qué se necesitaba para apagar los focos y qué acciones urgentes debían realizarse en los territorios para asegurar que no se siguiera propagando el fuego. En ese proceso, se llamó a los Bomberos y, mientras tanto, se desarrollaron acciones que pararan la extensión de los incendios como la creación de guardarrayas o líneas de fuego, donde se limpia el territorio rodeando el incendio para que no haya materiales con el que el fuego pueda alimentarse y expandirse”.

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Esta situación se presentó en tres veredas del municipio, donde los fuegos estaban activos: en Caño Caribe, la Ceiba y Brisas de Itilla. Edwin agrega que “en el caso de Caño Caribe, los bomberos no pudieron llegar a tiempo porque estaban atendiendo los incendios en otra vereda, por lo que, nosotros mismos tuvimos que hacer el control de los fuegos. En ese caso, después de identificar los focos y hacer la guardarraya, ayudamos a apagar los incendios con fumigadoras y motobombas, y recorríamos los territorios para revisar dónde teníamos que repasar estas fumigaciones para que el fuego se aplacara completamente. También, en los predios donde el fuego no había llegado todavía, hicimos limpieza de materiales que pudieran llegar a alimentar el fuego como plásticos y botellas”.

De acuerdo con Edwin, en todas las veredas el balance fue positivo. El trabajo conjunto evitó que se quemaran más casas y potreros a donde el fuego podía llegar si no se hacía algo al respecto y contribuyeron manteniendo a salvo algunos cultivos. Para él, esta fue una experiencia muy retadora pues fue la oportunidad de llevar a la práctica lo aprendido en las capacitaciones sobre las causas de los incendios, sus efectos, su naturaleza y, así, saber cómo prevenirlos.
 

El proceso


Para Johana Herrera, Oficial de Bosques y Cambio Climático de WWF Colombia, la participación de los líderes comunitarios durante la emergencia demuestra la importancia de esta generación de capacidades en el territorio y el potencial que tienen estas comunidades para acudir y actuar cuando se presentan este tipo de emergencias. “Las capacitaciones, que han apoyado WWF Colombia y Suiza, son un primer paso para que las comunidades puedan hacerles frente a estas amenazas. Hay que aclarar que el objetivo no ha sido enseñar a apagar los fuegos, sino brindarles a las comunidades unas herramientas básicas para entender su naturaleza y comprender cómo prevenirlos. Esto es fundamental si queremos potenciar las acciones de estas comunidades, que están en los territorios y pueden apoyar estas situaciones”, resalta.

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Durante las capacitaciones, los líderes aprendieron sobre las causas, efectos y consecuencias de los incendios, así como algunas recomendaciones para prevenirlos, por ejemplo, evitando el uso del fuego para la gestión de basuras o en actividades de producción agrícola, con el apoyo del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del municipio de El Retorno y WWF. También, adquirieron conocimientos sobre el mapeo y elaboración de rutas para identificar y monitorear puntos de calor, algunas recomendaciones y herramientas básicas para atender puntos activos de calor, e incluso, una clase sobre primeros auxilios y manejo de emergencias en caso de incendios. Al final de estas capacitaciones, los participantes pudieron compartir sus aprendizajes en distintas jornadas de sensibilización con la comunidad y las escuelas del territorio.

Por el momento, 48 personas han sido capacitadas como parte de los procesos de prevención de incendios alrededor del PNN Chiribiquete. “Tengamos presente que la mayoría de estos incendios son producto de quemas provocadas, pues incendiar el bosque ha sido una de las técnicas más usadas para convertir el suelo en un espacio propicio para la agricultura y ganadería. Esta es la manera más económica y rápida para hacerlo. Asimismo, el fuego también se usa en áreas ya deforestadas, y hacen parte de prácticas agropecuarias, en las que, por ejemplo, se hacen las quemas para que luego, en la temporada de lluvia, se favorezca el crecimiento de nuevo pasto para la alimentación del ganado” explica Johana.

Así, WWF espera seguir apoyando el desarrollo de acciones comunitarias que contrarresten la deforestación y degradación en la región, producida en su gran mayoría por actividades humanas como la apropiación de tierras y la expansión de la actividad agropecuaria.
Enero fue el mes con más focos activos en la región durante los últimos 10 años, con más de 40.800 puntos de calor detectados.
© Asociación Sachacalamar
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