Posted on agosto, 14 2020

Por Lissette García
Unidad de Comunicaciones
WWF Chile

Toda buena historia comienza con un conflicto, y en este caso, se desarrolla entre seres humanos y el bosque. Originado por una extraña enfermedad que afecta al príncipe Ashitaka que recibe en su aldea el ataque de un demonio que lo contagia con una terrible maldición que se manifiesta en su brazo. El príncipe se ve obligado a actuar para encontrar la solución a su destino.

Es así, como descubre un poblado inmerso en una isla, que en realidad es una fundición de hierro liderada por  Dama Eboshi quien ha levantado una fortaleza extrayendo hierro del bosque y al hacerlo también ha deforestado todo a su paso. Y por otro lado, conoce a la princesa Mononoke,  (espíritu vengador) hija de los dioses lobo y protectora del bosque y los animales, dejando en evidencia que ambas mujeres son antagonistas de esta historia, pero Ashitaka es quien sirve de árbitro y trata de equilibrar las fuerzas.

 A pesar de que esta es una historia de fantasía, llena de mitos y personajes fantásticos, no deja de estar cercana y basada en características reales de la naturaleza, como la enseñanza de que ésta es el sustento de toda la vida, transmitiendo un enorme respeto por el bosque y todos los seres que habitan allí y dejándonos la interrogante de cuál es la prioridad: ¿el progreso a costa de la naturaleza? ¿O evitar la intervención humana?
La película se mantiene imparcial, mostrando ambas posturas desde sus extremos pero no toma partido alguno. El gran mensaje que nos deja esta historia, es que no existen los extremos correctos y para lograr ese equilibrio preciado es necesario ceder desde ambas partes y mirar al otro con empatía, entender que todos somos parte del mismo ciclo de la vida en este planeta. 

En un escenario de destrucción del bosque y la aldea,  el príncipe Ashitaka se hace la pregunta: ¿Porque los humanos y el bosque no pueden convivir en paz? En medio de una guerra este personaje nos trae de vuelta a la esencia. A pesar de estar enfermo está pensando cómo reconstruir un mundo en armonía, conviviendo con la naturaleza, no solo explotándola para nuestra conveniencia. 

Vemos esta película como una metáfora  que nos hace replantear el cómo debemos reconstruir este nuevo mundo que nos espera, una vez superada la emergencia sanitaria de COVID-19, que recordemos, fue originada por un desequilibrio de nuestra relación con la naturaleza.

La Princesa Mononoke (1997) es  un film japonés de animé, del director Hayao Miyazaki de los Studio Ghibli (conocido por sus películas enfocados en temáticas de la naturaleza) y está recomendado para niñas y niños desde los 7 años, actualmente se encuentra disponible en la plataforma de streaming Netflix.