Del mar a la mesa: una breve historia de la merluza chilena
Posted on septiembre, 27 2019
Por Denisse Mardones y Daniel Carrillo
Comunicaciones WWF Chile
Subimos al bote y un carro grúa comienza a empujarnos hasta que entramos al agua, navegamos mar adentro, y desde algunos metros fuera de la costa, las luces de la ciudad muestran que dejamos atrás Valparaíso y la caleta. El viento se hace más intenso y los pescadores nos dicen que volveremos al amanecer.
Arriba del bote, el movimiento tambaleante nos acuna, “no hay que dormirse” advierte Mario, “vamos a llegar luego al dato”. Se refiere a que tienen información del lugar de los caladeros de pesca donde hay cardúmenes de peces y es posible tirar las redes para pescar.
Pasan un par de horas sin novedad, hasta que un bote amigo se acerca para decirnos que les ha ido mal, que el banco era chico y se había movido rápido. Levantamos la red, aparecen algunas sierras y una sola merluza.
La pesca es un trabajo azaroso y arriesgado, nunca hay certeza de regresar a tierra con algo en las manos.
Pese a ello, los pescadores han encontrado en esta actividad un medio de vida que, por generaciones, les ha permitido darles sustento a sus familias y sacar adelante a sus hijos. Sin embargo, cada vez es más difícil conseguir los preciados recursos del mar. Esto no siempre fue así, existiendo testimonios de principios del siglo XX que hablan de una gran abundancia de peces, incluso al nivel de rebosar las costas y terminar descomponiéndose debido a que ni siquiera las aves marinas eran capaces de consumirlos. Ante estas postales costeras, habría sido descabellado pensar que esa riqueza de los océanos algún día llegaría a escasear. Pero así ha ocurrido.
Antiguamente en Chile, la merluza era extraída con la finalidad de hacer harina de pescado y años más tarde, tras una crisis económica, se consideró su alto valor nutricional para el consumo humano directo. Desde ahí en adelante, la “pescá” se volvió popular y pasó a ser un plato típico de la cocina marina chilena. Claro que su entronización como “reina” de caletas y cocinerías tuvo algunos obstáculos, principalmente en Santiago, cuando en los años 40 los capitalinos la veían como un pescado “ordinario”, por lo que fue necesaria una campaña publicitaria para su posicionamiento en la zona.
Los pescadores de caleta Portales recuerdan los años de gloria de la merluza, cuando la pesquería era tan abundante que hasta podían salir dos veces al día para pescar. Pero esto ocurría cuando no había ninguna regulación, lo que llevó a la crisis actual. “En el 2004 por ejemplo cuando ya estaba regulado, se determinó una cuota de 140 mil toneladas, la más alta hasta la fecha”, dice Valesca Montes, Coordinadora del Programa Pesquerías Sustentables de WWF Chile. “Lo que evidenció una falla en los modelos de medición del stock disponible de merluza, esto porque posterior a esa cuota histórica se bajó drásticamente a 80 mil toneladas”, comenta la experta.
Actualmente, el mal manejo del recurso tiene a la merluza común en un estado de sobreexplotación, lo que quiere decir que se encuentra en crisis. Sin embargo, la merluza pasó peores tiempos, cuando estuvo en colapso, manteniéndose así, por casi dos años hasta que se implementaron medidas más restrictivas y fiscalizaciones continuas para controlar la pesca ilegal.
Hoy la ciudadanía está más consciente de la crisis de la merluza así como también de otros recursos marinos. En la medida que todos los actores de la cadena estén informados acerca de la problemática que afecta a la pesquería, será posible mantener la esperanza para la recuperación del recurso y como dice Mario al bajar del bote “para la próxima tendremos mejor suerte”.